Los rituales religiosos se hacen con diferentes motivos, desde pedir salud, trabajo, etc. hasta para casarse y encomendar a personas en especial.
Este lugar es el más importante de la región y vienen doctores o chamanes de toda
Guatemala a practicar rituales, igualmente han venido personas desde México.
En los alrededores existen varios altares, aproximadamente 35, pero este es el más importante y reconocido.
Este altar está ubicado en la cima del cerro tras el museo Pascual Abaj. Su nombre es Turcaj, que significa "Lugar Sagrado" o "Piedra Sagrada".
En este altar se tiene a un dios maya llamado Pascual Abaj. Anteriormente estaba en el templo donde ahora se ubica la Iglesia Católica de Santo Tomás. Es entonces cuando en 1,540 lo sacan a escondidas para que no lo destruyan. Diez años después, en 1,550, lo llevan a la cima del cerro y comienzan a realizar ceremonias religiosas pues en el lugar del antiguo templo ya no les es permitido.
Anteriormente se le llamaba Abaj, que es el dios del hombre, de la mujer, la fertilidad y de la lluvia.
Con el tiempo los españoles notaron que los locales se reunían frecuentemente en el cerro, por lo cual decidieron investigar. Al llegar encontraron que ya llevaban tiempo realizando ceremonias religiosas y habiendo ya destruido anteriormente el templo, decidieron ya no destruir este lugar. El hombre que lo descubrió se llamaba Pascual, razón por la cual ahora se llama Pascual Abaj.
En este altar se encuentran también unas cruces católicas que tienen una razón de ser muy especial. Fueron colocadas en 1,976 a raíz del terremoto.
Hasta ése entonces, los católicos y mayas aún tenían rivalidades y conflictos, pero el terremoto los hizo reflexionar que estaban cometiendo errores ante Dios, así que decidieron realizar una unión, según la historia por iniciativa de ambos. Entonces se colocaron las cuatro cruces que simbolizan los cuatro puntos cardinales, protegiendo de cualquier terremoto en Guatemala.
Es bastante evidente cómo se han conservado muchas tradiciones y creencias religiosas. Se le tiene mucho respeto a los doctores o chamanes mayas, a quienes se les atribuye poder de hacer cosas buenas y malas sobrenaturales.
Es por esto que se respeta mucho a los mayores pues según dicen, si se les falta al respeto, con una mirada o un gesto, ellos pueden en cuestión de segundos, con su poder como doctores religiosos, afectarnos para bien o para mal.
Para muchos de los rituales, ya sea para solicitar el amor de una persona, hacerle bien o hacerle mal, es necesaria una fotografía. Esta es la razón por la cual se debe tener respeto al tomar fotos en el lugar, pues ellos no tienen garantías de si se usarán para bien o para mal.
Las objetos pueden ser también utilizados para bien o para mal, por lo cual cuando se encuentran cosas en los altares, ya sea dinero, frutas o hierbas, según las tradiciones, no hay que tocarlas pues no se sabe para qué están ahi y con qué razón, si para bien o para mal.
Según la tradición, los doctores o chamanes pueden leer el destino de la gente, por así decirlo, su vocación.
En el interior de Santo Tomás, se encuentra un lugar en donde se solía practicar este ritual, en el cual se presentaban los niños a los doctores y ellos determinaban si habían nacido para la vida de familia o para doctores religiosos.
Ahora esta práctica se lleva a cabo en el altar del cerro y puede ser realizada a cualquier edad.